Cada día es más frecuente que se pongan en valor las competencias personales en los procesos de selección. La mayoría de los reclutamientos terminan decidiéndose en base a las mismas (incluso con diferencias a nivel de experiencia laboral o formación de las personas seleccionadas).
El motivo de que las competencias sean tan relevantes a la hora de de seleccionar personal, es que las empresas, independientemente de su tamaño o sector profesional, son cada vez más conscientes de que es imprescindible que los perfiles laborales encajen, no sólo a nivel de cualificación y/o experiencia, sino en el sistema y ritmo de trabajo propio de cada entidad, equipo de trabajo, departamento o sección.
La Inteligencia Emocional aplicada al ambiente laboral ha demostrado ser la capacidad más competitiva y favorecedora tanto para empresas como para los propios trabajadores/as.
El trabajo en competencias suele requerir de un enfoque individualizado centrado en la persona y en la mayoría de las ocasiones es recomendable pedir la orientación de un técnico/a de empleo para esta cuestión.
En la Agencia de Colocación de Cáritas Diocesana se apoya a las personas demandantes de empleo con Planes de Empleo Activos en el desarrollo de competencias laborales y personales imprescindibles para favorecer su inserción sociolaboral.
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